Llamamos cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Esta variación se debe tanto a causas naturales como a la acción del hombre y se produce sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc, a muy diversas escalas de tiempo.
En la actualidad existe un consenso de la comunidad científica, casi generalizado, en torno a la idea de que nuestro modo de producción y consumo energético está generando una alteración climática global, que provocará, a su vez, serios impactos tanto sobre la tierra como sobre los sistemas socioeconómicos. De promedio, la temperatura ha aumentado aproximadamente 0,6°C en el siglo XX y el nivel del mar ha crecido de 10 a 12 centímetros debido a la expansión de océanos, cada vez más calientes, debido a que los casquetes polares están en proceso de fundición .
La influencia humana en el sistema climático es clara y va en aumento, y sus impactos se observan en todos los continentes. Si no se le pone freno, el cambio climático hará que aumente la probabilidad de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y los ecosistemas. De hecho ya está sucediendo, solo a través de acciones rigurosas se puede conseguir que los impactos del cambio climático permanezcan en un nivel controlable, creando un futuro más claro y sostenible.
Es bien sabido que el cambio climático nos afecta a todos. Su impacto potencial es enorme, con predicciones de falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor. El calentamiento del sistema climático es inequívoco y los impactos del cambio climático ya se han sentido en las últimas décadas en todos los continentes y océanos“.
El cambio climático no es un fenómeno sólo ambiental sino de profundas consecuencias económicas y sociales. Los países más pobres, que están peor preparados para enfrentar cambios rápidos, serán los que sufrirán las peores consecuencias.
La pandemia de covid-19 que estamos atravesando y el estado de confinamiento en el que hemos vivido en muchos países, con su consiguiente paralización de la actividad en algunos sectores, ha hecho pensar y cuestionarse a muchos expertos sobre el maltrato a la biodiversidad.
En los últimos años, la crisis de la contaminación plástica en el mundo ha logrado hacerse un hueco en la mente de las personas. La realidad de que los plásticos nos están invadiendo ha calado entre la sociedad quien ha tomado conciencia de esta situación incluso llevando a cabo acciones de limpieza y campañas activas antiplásticos; todos hemos visto imágenes de playas llenas de residuos plásticos, basura flotando en nuestros mares o animales asfixiándose con alguna bolsa de plástico.
